Hoy escribo sobre un hombre bello
por fuera y por dentro. Un príncipe en todo sueño de cualquier mujer que crea
en los sueños, pero, está algo loco, eso lo hace especialmente atractivo y sin
embargo esa locura es su arma más poderosa, para permanecer justo donde él
decide que quiere estar. Hay príncipes azules que sin duda, sólo existen en los
cuentos, pero también en la vida real hay príncipes, son aquellos hombres
modernos que hacen gala de cierta generosidad, decencia y buenos modales.
Hombres que aunque bellos por fuera, brillan con luz propia y su atractivo
principal es esa belleza que se encuentra en sus actos más allá de un cuerpo
físico bien formado y trabajado. Yo conozco un príncipe así, le llaman el
príncipe loco
Este Príncipe, no siempre fue cortés,
detallista, moderno y educado. Aprendió a ser un príncipe con el paso de los
años. Aprendió de sus errores, creció y aprendió de la vida misma, que con una
risa se consigue más que con malas formas, que con saber escuchar se gana el
hacer sentir preciada a cualquier persona, que ser amable no cuesta nada si se
siente desde dentro, que arrancar una risa es fácil si se deja salir a su
auténtico yo, que decir un halago no es exageración si no hay intereses al
decirlo, que ser recatado y precavido significa tener oportunidades, aprendió a
creer en sus capacidades y a mostrarse tal cual es, porque tenía la belleza interior
de un príncipe, que la parte interior es la que hay que cuidar y la exterior
sólo prestarle un poco de atención.
El príncipe loco, es alto y de complexión física fuerte. Tiene unos brazos de esos que invitan a un abrazo de
oso que te dejará protegida y con sensación de estar en casa. Tiene unos labios
que todas quisieran probar de sus besos y tiene unos ojos que miran como
si desvelaran misterios, esa mirada que
traspasa y que invita a seguir hacia donde te lleve el momento. Sin embargo
para él, él sólo tiene un cuerpo normal que cuida porque es como se siente bien
consigo mismo, y escuchar decir lo contrario no es más que una canción
repetida, claro que le gusta gustar, pero le gustaría ser atractivo por su
esencia, por esa capacidad escondida de amar que posee, por esa capacidad loca
de entrega y que alguna vez bloqueó porque sus heridas fueron grandes. el hombre atlético y cuidado que es no hace alarde de su físico, él sólo es él. Con su carisma, con su sonrisa que
quita el aire, y parece no darse cuenta de que a su alrededor las miradas lo
bañan, parece como si la vida aconteciera a su alrededor ajena a todo lo que
realmente le llega, nada toca su corazón, nada llega hasta él de forma
profunda, su corazón está ocupado por dos soles pequeños similares a él y así, irradia
plenitud y luz en ese estado, ha aprendido a estar solo y por fin, ha logrado
ser él, quien conduzca las riendas de su vida, por fin ha logrado sentir que es
él, quién únicamente, decide hacia dónde quiere ir, y le gusta sentir el poder
de su vida en sus manos, sabe que estar solo, ésta vez, es una elección y no
una lección, pues de lecciones ya ha aprendido unas cuantas, por haber tomado
malas decisiones, y tomó la decisión más firme que podía tomar, ser feliz, sin
esperar que sean otros los que aporten esta felicidad, decidió cuidar de la
única persona que nunca lo abandonará, ese príncipe loco que lleva dentro,
decidió curar sus heridas para cargar con las cicatrices con orgullo y sin vergüenza,
decidió que no quiere en su vida cualquier princesa de sangre real, decidió que
si alguna vez baja los muros y barreras que él mismo ha construido será primero
para ser él mismo. Amarse a sí mismo, y así estar preparado para cuando llegue
su dulce princesa, aquella que estando un poco loca como él, pueda devolverle
las ganas de amar, y la sensación de sentirse pleno, acompañado, sin sentir que
pierde su libertad. Él ha recuperado sus alas, y quien quiera acompañarle a
volar deberá hacerlo sabiendo que, que sus alas son suyas pero que abrazan con
la calidez y la fuerza que sólo un hombre como él puede tener.
Pasan cada día por su lado
princesas de belleza exterior increíble, pero parece no ver este tipo de
belleza como si buscara algo que no existe más que en sus sueños. Pasan, muy de
vez en cuando, alguna que otra plebeya, con un corazón tan grande que cree que
no podría darle tanto y que implicarse es perder el rumbo. ¿Qué espera para enamorarse?. No espera, pero si la vida le sorprende con alguien que toque
su corazón, querría que fuera:
Una mujer dulce, tierna, y
cariñosa, pero con carácter para que haga notar que es mujer y no la página de
un libro de cuentos.
Una mujer no muy alta, morena o
rubia da igual, pero con esa mirada transparente que le diga que no hay amor
más grande que el que siente por él.
Una mujer apasionada y que esté
dispuesta a luchar por mantener la chispa, no quiere un perchero donde colgar
el sombrero, ni un cómodo sofá donde reposar, quiere un cuerpo que se encienda
en sus manos y dosifique la magia de amarlo para que nunca se apague. Pide
demasiado?. -Nooo, es un príncipe¡¡¡, le
enseñaron a grandes aspiraciones.
Una mujer que no deje aislada a
su niña interior y la deje salir para jugar con el niño que él es, porque detrás
de esa fachada de hombre exterior fuerte hay un niño sediento de juego, de
cariño, de mimos, de atenciones, de risas.
Una mujer que sepa escucharlo
porque los hombres también tienen necesidad de contar, una que lo abrace para
quitarle los miedos, porque los hombres también tienen miedo de amar y de
perder, y de no llegar.
Una que cuando le mire a los ojos
sin hablarle le diga que todo está bien y que nunca más estará solo.
Una que más allá de buscar la
belleza de su cuerpo encuentre lo bonito de sus actos. Y reconozca que más que
un cuerpo físico bonito, más que un cerebro con recursos, más que un corazón
dispuesto o no a amar, él, sólo es un hombre, con el alma pura de un niño y con la ganas de amar sin dejar, de ser él
mismo, ese príncipe moderno, algo loco, generoso, y de buenos modales, ese hombre capaz de hacer
cosas que sólo haría un príncipe.
Nunca he visto un hombre parecido
a un príncipe moderno, pero él, se parece a tal definición, se ve en lo profundo de su mirada y la luz de su sonrisa.
Él, te llevaría a casa para cerciorarse
de que has llegado bien e incluso porque te duelen los pies de los zapatos
después de una noche de baile.
Él, dejaría que probaras de la
comida de su plato y te daría su último bocado.
Él, Vería una peli romántica
contigo sin quejarse. Menos terror que entonces no te lo aguantaría. Pero te
aconsejo que tengas la mantita para la siesta si es invierno.
Él, Te dará los buenos días y las
buenas noches con un beso.
Él, Se dará cuenta de tus cambios
físicos y te los halagará para que sepas que los ha visto.
Él, no hará ni dirá nada que
crea que te va a herir tu sensibilidad femenina.
Él, cuidará de no contarte nada
de su privacidad hasta que crea que serás capaz de escucharlo porque le aprecias y no por protocolo. No confiará
fácilmente en ti hasta que tú le muestres que eres digna de esa confianza. Pero
te hará sentir todo el tiempo que puedes acercarte, porque sin duda sabrá escucharte.
La pregunta es. Si existe un príncipe como él, porqué está solo?.
Respuesta: Porque está locooooo, jajaja, y no ha llegado la princesa
que calce bien el zapato.
Ha probado zapatos por todos los reinos y no hay manera, cuando
ha corrido el riesgo de que haya la horma perfecta ha pasado al siguiente pie,
porque su alma no le pide una princesa, sólo quiere una mujer de carne y hueso,
capaz de convertirse en princesa con su primer beso.
En sus ojos yo veo el reflejo de
la única belleza posible y es lo que lo hace bello por dentro. Es un hombre con
un alma noble y un corazón de miel.
Cuando con el paso de los años su
belleza exterior caduque pasará lo inevitable, seguirá siendo bello porque la
belleza interior no tiene edad y eso es algo que él está aprendiendo a sacar
partido porque cuando sea mayor quiere seguir rodeado de gente que le siga
viendo hermoso.
Él no quiere que le miren como un
hombre atractivo sólo a nivel sexual, quiere alguien capaz de llegar a su
corazón y un día despertarse con las barreras bajadas porque ha llegado su
princesa, mientras tanto es feliz solo, la felicidad de estar solo, necesita también
compañía, pero no cualquier compañía y no hay prisa.
Conocerle es cada día recuperar
un poco de fe. Ojalá la vida traiga a ti mi gran amigo (Príncipe loco) aquella
mujer capaz de atrapar tu vuelo sin que dejes de mover tus alas. Y si alcanza la magia traiga a mí vida alguien con la mitad de aquello que brilla en ti.
Dedicado a todos los hombres que en esta jauría de lobos hacen gala de mirar a las personas como tales y no como presas
Norma San Juan 13-02-2020