jueves, 25 de agosto de 2016

Dharani y Zoran. Elia y su tercera ventana.

(Continuación de Elia y sus cinco ventanas)


Como cada día, Elia, ignoraba las ventanas con las diferentes opciones que la vida le iba ofreciendo. No tenía sentido mirar hacia dentro de ninguna de ellas, porque siempre parecía todo ser más de lo mismo. Sólo había visto hombres que decían mucho para no hacer nada, y no hacían nada para pretender mucho. Abrir otras cuantas nuevas ventanas resultaba agotador, así que recordando ese pequeño halo de luz que se colaba en el cierre de su tercera ventana, decidió sin pretender abrirla, acercarse, y mirar a hurtadillas, como cuando una niña quiere mirar algo que le han dicho es prohibido¡¡¡, pero al acercarse, la ventana se abrió de par en par sola! y ya no había ningún halo de luz!, había sólo, como un marco, donde se dibujaba la silueta de espaldas, de una mujer, y se podía percibir perfecta mente sus hombros, su cabello largo y despeinado, como si estuviera pintada en un cuadro situado justo delante de una gran chimenea. Elia quedó perpleja al ver que ese reflejo de mujer dentro de esa ventana enmarcada, no era otro que el suyo, y pensó; ¿Cómo era posible verse reflejada a ella misma en esa ventana? Estaba buscando allí  al chico abrumado y triste que había dentro de la misma la vez anterior, cuando la había abierto hacía un tiempo atrás, y sin embargo,  ésta vez, sólo podía verse a sí misma, pero quizás era la oportunidad de buscar respuestas y decidió entrar en ese marco y abrir esa nueva ventana, recuerda que al decidir entrar, una especie de corriente energética la absorbía llevándola hacia dentro y os voy a contar lo que ella experimentó allí en ese pequeño marco de tiempo, esperando acercarme con palabras a lo que ella recuerda haber vivido:
 
Se vio a sí misma, sentada en posición yoga. Sus ojos estaban cerrados para poder sentir mejor el calor suave de esas manos masculinas que tocaban su espalda con cariño, sabía que eran masculinas, como sabía, que eran manos conocidas, porque simplemente su piel, toda ella, las reconocía al tacto. Ella recuerda que en ese momento quiso abrir los ojos para girarse y ver la cara de a quién pertenecían esos brazos que le abrazaban y la hacían sentir protegida, pero tuvo miedo de perder esa sensación y decidió anular la mente consciente para entrar en ese estado donde el sentimiento y las emociones predominaban y dejarse arrastrar hacia algún lugar desconocido, le atraía enormemente seguir el calor suave de esas caricias, como si le llevasen hacia algún lugar donde los miedos no eran dueños de los sueños. Le podía más, el sentirlo cerca y experimentar aquella ráfaga de emociones y escalo fríos que estaban ocurriendo en todo su cuerpo, y decidió permanecer con los ojos cerrados concentrada allí para no perder aquella escena, no veía la cara de aquel hombre, pero qué más daba qué cara tuviera, sólo quería y disfrutar de ese pequeño masaje que con tanto amor aquellas manos regalaban a su espalda medio desnuda, respetando la distancia de querer hacer que ella se sintiera bien. Así que se centró sólo en esas manos y esos roces suaves que cada vez se iban haciendo más fuertes e intensos, éstos iban a su vez, subiendo la intensidad de las sensaciones que provocaban los mismos en todo su cuerpo y de repente una especie de imagen apareció clara en su cabeza, era la misma imagen, que durante nueve veces había obtenido durante años, en sueños que parecían venir de otras épocas. Había tenido la visión de otras vidas anteriores, en donde ella había vivido experiencias dolorosas y traumáticas y también había sido inmensamente feliz, no era agradable nunca para ella, poder acceder a ese tipo de información porque le suponía el trabajo de intentar entender por qué sucedía, sus vivencias de su estado tiempo actual ya eran suficientes para trabajar, sin embargo en ese preciso instante, repetía otra vez aquella imagen en su cabeza. Ya no sentía las manos ni el calor cercano de ese hombre, estaba metida en otro tiempo y se miraba a sí misma, viéndose en un cuerpo extraño, donde nada se parecía al cuerpo actual, pero, sabía que aquella mujer era ella. Y por una vez, no tuvo miedo a echar un vistazo y recorrer la imagen toda entera, (estaba acompañada de un hombre a sus espaldas, si algo malo le ocurría él la sacaría de ese trance), debía saber qué fue lo que había pasado, porque habría seguro, algo que trabajar, y no lo estaba viendo por negarse a aceptar esa información. Se vio a sí misma, con una figura femenina algo gruesa, más bien bajita y no muy cuidada, estaba sentada triste sobre una pequeña roca dentro de un riachuelo de agua cristalina. Ella, esa mujer miraba hacia lo alto de la colina con una tristeza enorme, allí estaba su casa, era una cabaña redonda con ventanas de cuadritos y hecha de madera, grande, pero humilde, ella adoraba ese paisaje, ese campo, ese verde, esa, su casa, su hogar, pero tenía el corazón destrozado.  A lo lejos se divisaba una niña pequeña que corría jugando tras las mariposas, en aquel lugar había siempre, mariposas, y la visión era un verde soleado primaveral. Hacía calor húmedo. Esa niña era su hija, su tesoro, todo lo que le ayudaba a levantarse cada día de aquella vida, y ella estaba allí sentada encima de una roca junto al río como anclada a una gran sensación de tristeza y pérdida. – Elia, en aquella vida, de nombre Dharani, siguió sintiendo las emociones de aquella mujer, Dharani, de esa otra vida, y miró hacia el lado derecho del paisaje. Allí se acercaba un hombre alto, delgado, venía con su hacha de cortar la leña como ritual de cada día, llevaba un sombrero negro y caminaba despacio como si viniese hacia ella. Ella esperaba que se detuviera junto a ella y se sentara un ratito frente a ese río como cuando eran una familia normal. (En ese instante recordó su nombre, (Zoran) que tenían dos hijos y que su hijo hombre, había muerto). Comprendió que aquel hombre era su marido y que no pasaría frente a ella ni se quedaría a su lado porque cuando su hijo había muerto, él se había muerto con ese niño y la había abandonado a ella y a su pequeña. El dolor de aquella mujer no sólo era haber perdido un hijo sino haber perdido el abrazo de ese compañero de su vida y verle como cada día le sucedía lo mismo, vivir junto a un hombre que no veía que ella estaba allí, como siempre, que seguían ella y su hija esperando cada día por él, que el dolor era evidente pero ellas no tenían la culpa de lo ocurrido, recordaba con tristeza, tantos intentos por recuperar a su hombre, a su compañero de viaje, ella había perdido a su hijo y le necesitaba a él su lado, pero él, estaba anulado por la pérdida y había decidido que quería estar solo, transcurrían los años y ella seguía esperando encontrar de nuevo a su hombre, en aquella vida lo amaba, lo elegía cada día, pero él había decidido que la vida no tenía sentido habiendo perdido el niño y no le ilusionaba vivir los nuevos días, ella sin él, sentía que una parte de ella había muerto y no concebía marcharse porque debía enseñarle que con amor todo podía superarse y que no lo abandonaría a pesar de su abandono. El pasaba de largo hacia la subida de la colina con la leña a cuestas y ni reparaba en las tardes que se sucedían con el mismo ritual, mientras ella seguía sentada, esperando, que la cogiera de la mano y otra vez fueran juntos a cortar la leña, volvieran los paseos por el bosque y caminaran juntos hacia aquella cabaña porque hacía frío. 

Elia, sabía que ese momento había sido revelado por algo, y debía tomar cada detalle de esa experiencia y traérsela consigo hasta el marco de ventana donde ella, estaba antes de entrar en aquella visión, algo debía de aprender, no comprendía qué, era mucho dolor lo que había en aquella historia, pero cerró los ojos y decidió buscar antes de salir de ese espacio tiempo, algunos recuerdos bonitos, y rescató momentos de sentarse en largos inviernos junto a la chimenea, abrazados mientras los niños jugaban, de las muchas noches en que dormían abrazados sin despegarse porque eran uno, y en aquella vida, Dharani, era mujer completa con aquel hombre. Recordó sus caricias masculinas que encendían su cuerpo como si tuvieran magia, a pesar de los años sucedidos, incluso el placer de sentirse mujer cada noche con aquel hombre, y de repente algo la empujó y le sacó de golpe de aquella escena abandonando el cuerpo de Dharani y volviendo a ser Elia, sintiéndose completamente abrazada de esas manos que la acompañaron en ese viaje, aquellas manos masculinas que la tocaban suave estaban acariciando ahora todo su cuerpo, y no tuvo tiempo a reaccionar para pensar en qué debía hacer, toda ella entera temblaba, su cuerpo anhelaba aquellas caricias de fuego, las reconocía, sentía el aliento agitado de aquel hombre justo detrás de sus hombros y podía sentir cuánto él también la deseaba, y entre la necesidad física de ser suya que esas caricias despertaban, y las emociones que la llenaban de vida, todo alrededor se tornaba como una escena llena de color, decidió girar su cara hacia él, con los ojos cerrados, no quería hacer ni un solo gesto que no le permitiera sentir cada latido de su corazón y de su cuerpo expectante, y al girarse se encontró con sus labios, con un beso dulce y apasionado, que no pudo evitar seguir sintiendo, de repente era ese hombre desgarbado de aquella vida, pasaba frente a la roca y se detenía, la cogía de la mano y subían juntos hacia la colina que les llevaba a su casa, era la hora de reconciliarse, de volver a sentirse, de volver a convertirse en uno solo. Entonces, sin abrir los ojos, comprendió que esas manos eran las mismas, acababa de reencontrarse con aquel hombre que la había abandonado, era tal la emoción de recuperarle que no podía dejar de querer abrir los ojos para verle¡¡¡, pero si lo hacía y perdía todo aquello?, si lo hacía y todo había sido sólo un sueño? Las caricias de aquel hombre le debilitaban tanto que no podía negarse a ser suya y ocurrió aquello que tanto tiempo había estado esperando, volver a sentirse viva¡¡¡. Sentir esa llamada urgente de entregarse en cuerpo y alma, que ocurre sólo cuando amas, era algo tan perfecto como un baile que se había ensayado tantas veces que ambos se sincronizaban perfectamente. En aquel entonces, nada podía ser más extraño y nada podía ser más perfecto, se fundieron en uno y cuando todo acabó y la mente consciente pudo hacer lo suyo, ella abrió sus ojos. Ya estaba fuera del marco de la chica de los hombros desnudos y a su lado había otra vez, el chico triste que vio en aquella, tercera ventana, sólo que ya no estaba tan triste, parecía algo más recuperado, tenía el brillo de haber encontrado una nueva motivación para querer vivir la vida como hombre, su cara estaba algo abrumada pero no de tristeza, todo él era como una pregunta constante. Se miraron y Elia, le preguntó: - - Has estado dentro mío en ese marco? -Has podido reconocerme o has podido sentir algo parecido a lo que yo he experimentado? Y él contesto:   - He sentido, he experimentado, he tocado tu piel y no me era ajena, por primera vez he sentido la sensación de fuego y paz como una sola cosa, como si no existiera la una sin la otra y me parece todo tan raro..- No entiendo qué pasó pero si lo pienso me lleva a comprender mucho de mí mismo. – Si fuimos pareja en otra vida, por qué, nos hemos reencontrado?.- Ella le miró con dulzura y acariciando su rostro le dijo: Sin duda para trabajar el tema del abandono y para aprender lecciones sobre lo ocurrido. Él, la miró con atención y su mirada de misterio y dijo: Debo pensar en qué es lo que he de trabajar yo y entender qué me relaciona en ésta vida a esa otra, en mis actos y decisiones. Prosiguió: -Te abandoné en otra época, y mi hijo murió, espero en ésta, mi hijo muera después que yo y prometo que esta vez no te abandonaré. - Ella le miró con ternura y contestó: Quizás no se trate de abandonarme a mí, sino de no hacerlo contigo mismo. Si seguimos juntos lo averiguaremos. 

Lo siguientes días estuvieron bastante unidos y se sentían el uno parte del otro, había cierta confianza y estando juntos había esa complicidad y paz que sólo se sentía cuando se había experimentado un largo tiempo de vida juntos, pero la realidad era una sola y no se podía cambiar, tenían cuerpos distintos, eran épocas y décadas distintas, sus vidas eran distintas, y en ese presente nada les unía porque cada uno había tenido sus errores y aciertos y estaban ambos marcados por las huellas de los golpes de los mismos y no estaban preparados para estar tan cerca de volver a creer, confiar, algo les hacía sentirse familiar, pero ella era consciente de que él ya no era su marido y que posiblemente, en ésta vida, le tocaba estar de forma diferente, que debería quizás, sólo acompañarlo a llegar hasta la sanación que le permitiera volver a amar y reconciliarse con sus miedos, y sus propias barreras, porque sin duda él, tenía una vida llena de abandono desde su nacimiento hasta las relaciones amorosas que había experimentado. Cada vez que amaba lo entregaba todo y era abandonado por sus parejas, pero tenía un hijo precioso lleno de vida. Ella seguía con su niña y seguía siendo abandonada por sus relaciones a pesar de que se dejaba la vida esperando e intentando agradar a sus seres queridos. y entonces, por qué extraña razón volvían  encontrarse?. sus pasados en éste lado del tiempo eran lo mismo. eran como la cara de la luna y el sol que no existen la una sin la otra. Nada había experimentado él que ella no hubiera sentido. Ella necesitaba el abrazo cálido de un amigo, él alguien con quién poder hablar sin reservas y sentirse aceptado y ambos a alguien que les devolviera un poquito la fe. Él decía que ella era algo así como la esperanza blanca entre un mundo negro. y ella le recuperaba la fe en que había personas capaces de entregar con el alma mirando por encima de los estereotipos que la sociedad imponía. Elia valoraba a ese chico como la persona más valiosa que había conocido en cuerpo de hombre.

Decidieron que era mejor no volver al momento de ser hombre y mujer y estar a solas con sus vidas donde el uno no interfiriese en el otro, y poder desde la distancia, cada uno ver claramente cómo debía reconstruir su presente. Ella se sentía al principio enormemente atraída sexualmente por él, pero le amaba más como persona y no le fue difícil intentar desprenderse del deseo físico para estar a la altura de ser una amiga que era lo único que él admitía cerca y realmente necesitaba. Él estaba herido por el abandono y fracaso de su anterior relación y se negaba a avanzar despegándose de todo aquello que le martirizaba y le recordaba lo mucho que había puesto para que aquella ex mujer lo amara y lo poco que había sido valorado y había decidido abandonar la lucha, abandonarse a sí mismo, había decidido seguir repitiendo las mismas acciones, él pensaba que no era capaz de volver a creer en nadie porque había sido manipulado y maltratado en lo más profundo de su alma, y no quería saber de ninguna mujer que tuviese la capacidad de llevarlo a volver a sentir, se negaba a revivir el momento en que perdió aquella mujer que amó tanto, y Elia, quería que él avanzara, superara, no para volver a sus brazos, sino que no se abandonara a sí mismo sólo porque alguien no le había visto. Ella se acercaba a él con cariño y preocupación de persona, quería hacerle comprender que él valía y ella le amaba así con todos sus fallos, como persona, pero él no había recibido nunca amor desinteresado y no hacía más que defenderse y protegerse de los afectos de Elia. Ella quería acercarse a su corazón como amiga y decirle que no debía no esconderse de ese dolor y ese pasado sino sacarlo, enfrentarlo, hablarlo, asumirlo, superarlo, y la peor forma era torturarse viendo los recuerdos de los momentos en que él creía que le amaban y no había sido real. No tenía la fuerza de avanzar, se estaba protegiendo de la gente que le quisiera y tomaba el acercamiento de Elia como ataque o presión a tener que darle a ella algo para lo cual él no estaba preparado, temía tanto que ella se enamorara de él y él no pudiera sentir lo mismo y hacerle daño que decidió alejarla de su lado dejándola sola, haciéndole sentir que ya no era placentero para él hablar con ella de sus miedos y de sus emociones. Elia, no entendía por qué él no aceptaba que alguna vez era lo suficientemente válido como para que alguien no le engañase, y no entendía porque él no paraba de repetir que no eran pareja, ella sabía que no lo eran y no lo serían porque él no podía darle a ella todo aquello que ofreció a las anteriores, y ella no quería tampoco migajas de nadie, buscaba a forma de acercarse a él para explicarle que podía apoyarse en ella sin miedo pero él, siempre caía en el bucle repetitivo de acceder al recuerdo de imágenes que lo conectaban con ese dolor, él guardaba las fotografías como grandes tesoros y buscaba saber de alguna manera en dónde estaba siempre la mujer que nunca quiso quedarse a su lado a pesar de todo lo que él había dado. Elia, quiso acercarse y ayudarle a tomar la decisión de abandonar ese pasado y recuperarse para avanzar o, a que tuviera la fuerza de volver hacia atrás y buscarla e intentar recuperar aquello que parecía haberse quedado con sus ganas de vivir, pero él reaccionaba como si Elia lo estuviese atacando y se convirtió en un hombre cerrado que se negaba a dejarse acariciar, abrazar, ni aceptar ni si quiera una palabra bonita, reconocía estar anclado en el pasado y quería ir a su ritmo sin que Elia se sintiera con el derecho de participar en esa evolución. A ella, le dolía tremendamente que él la sacara de su vida porque le quería como persona, renunció a poner sus ojos en el hombre que él era y se marchó dejándole la puerta abierta a la única opción posible para esta vida para ambos, una sincera amistad y que él la tomara cuando quisiera, pues ella no necesitaba que dejase de respirar por ella para considerarse atendida. Ella tenía una forma de amar, más allá del cuerpo, con el alma, y algún día, cuando él sanara, cuando decidiera ser valiente para tomar decisiones no disfrazadas, sino reales, ella estaría allí para apoyarle, para ayudarle a avanzar y a construir una nueva vida eligiese la mujer que eligiese, sólo quería que supiera que si se abandonaba a sí mismo, moriría encontrando personas que le abandonaran también a él, y que mientras se lamentaba de lo que le había pasado, se sucedían a su alrededor vidas, tiempos, personas, y no las veía, porque la postura cómoda del no puedo más, era más fácil, quería hacerle saber que debía luchar por la única persona grande y valiosa que tenía en frente, él mismo. 

No abandonarse a sí mismo era la gran lección para él, valorarse como alguien tan valiosa para no ser abandonada, era la lección para ella.

Dharani: Mantra para ahuyentar espíritus malignos. Nombre femenino de origen Indú y como mito significa La tierra. Se le atribuye la capacidad de empujar hacia adelante y provocar cambios y transformación.

Zoran: Nombre de origen eslavo y significa: Luz del amanecer.  (Mirar. Zoran, the legend of the zelda)

Personalmente, el abandono es un sentimiento que te deja grandes vacíos y se lleva toda tu confianza y capacidad de valorarte en positivo, es una emoción que a mí me ha costado toda la vida trabajar, y aún estoy en ello, en esto me identifico con Elia. Eso sí, pienso que todo ocurre por algo y que hay que saber buscarle el punto bueno a las despedidas dolorosas y a los encuentros espectaculares.. y que si quieres superar un pasado, el primer paso no es huir sino ir a buscarlo, mirarlo una vez a la cara y dejarle ir desde el corazón, todo el resto es autoengaño. Que si la vida, hoy nos presenta esa posibilidad de sentirnos abrazados y queridos, da igual si estamos preparados o no para que dure, o hacia donde nos lleve, nos es dado como un regalo, no para odiarlo porque nos recuerda nuestra falta de autoestima y heridas, haciendo que le demos el poder al miedo de volver a creer, de volver a soñar, sino para abrazarlo, aceptarlo y experimentarlo, como parte de la cura. 


  

Nine - Lazos de Luz     

martes, 23 de agosto de 2016

A mi hija, mi pequeña Princesa



Que serían mis días sin ese despertar de la ráfaga de energía que irrumpe en mi habitación cada mañana diciéndome – Ya es de día mamá ¡¡¡¡- No conozco otra forma más hermosa con que la vida me premie cada minuto perdido de sueño, si al abrir mis ojos lo primero que veo es esa carita de ternura y felicidad, me siento ricamente colmada, la vida me ha dado hija mía en ti, la motivación más grande y la razón con lo cual nada puede competir, porque sin duda alguna, tú eres el compromiso más bello que he podido voluntariamente, asumir. 

Que sería de mis atardeceres si no corrieras como loquita detrás de mí invitándome a ser niña otra vez, contigo la niña que soy disfruta todo el tiempo y faltan minutos de tiempo para  respirar esos momentos juntas que son únicos, me llena tu risa, el roce suave y cálido de tus manitos cuando te coges con tanta fuerza como si alguien te fuera a privar de mis abrazos,  ninguna responsabilidad que conlleve guiar tus pasos para que se hagan firmes puede ser agotadora contigo, porque haces que mi vida tome sentido cada día y que detrás de cada sueño roto nazca otro nuevo, porque contigo, sólo hay que imaginarlos, de la forma más bella y simple posible, has aprendido desde que naciste que la belleza no está en el valor material de las cosas sino en que las compartamos, hagamos y realicemos juntas. El día a día nos enseña que los obstáculos sólo son pequeños baches necesarios, que nos fortalecen y nos hacen una sola.

Que sería de mis noches, de mis largas noches sin dormir porque la vida aprieta en todos los sentidos, si no tuviera en la habitación del lado tu ronquido recordándome que antes de desfallecer le debo la vida a tu alma, que antes del siguiente día he de conseguir transmutar todo aquello que parece inerte porque tu mereces la vida¡¡¡, con todo lo bueno, con todo lo nuevo, con mi sonrisa y la tuya saliendo del alma, y construyo dentro de mí una nueva madre cada día para ofrecerte la risa para que tu rías guardándome el llanto para cuando no estés, así sabrás y aprenderás que las dificultades hay que darle solo la justa importancia porque todo pasa menos el amor que te profeso mi pequeña princesita Norah.

Que sería de mí sin esas tus preguntas tan transcendentales y a veces impredecibles que me obligan a disfrazar un poco la verdad para protegerte, - Mamá por favor no envejezcas, porque te harás pequeña y ahora me toca a mí ser pequeña y que tú cuides de mí, tú me elegiste como hija y yo te necesito joven y guapa como ahora.- .- pero.. tú no te preocupes mami, que si te salen arrugas yo te compraré una máquina que te las quite todas, así no te harás nunca vieja y morirán los que estén arrugados antes que tú, porque estarán más viejos que tú, y si al final te mueres igual cuando yo también muera de vieja me reuniré contigo y tú me estarás esperando, así que mamá, siempre estate contenta como ahora.---- jajajaja.- Tus reflexiones no parecen de una niña que acaba de hacer 6 años, que cabalga entre lo que es real y lo que no, a caballo en tu mundo de fantasía, donde logras que yo sueñe con el tiempo en mis hombros sin que se note en mi cara… y a tu eterna pregunta de cuándo la vida traerá un novio que nos quiera a las dos, que sea espabilado y no nos abandone, que te contesto si no hace falta respuesta¡¡¡, pues me sorprendes argumentando, no pasa nada si no llega nadie porque las mujeres no  nacimos de un hombre, ya se verá, la vida da muchas vueltas…  y ahí me quedo yo pasmada con tus afirmaciones, admirando como tu razón cabila para darle la vuelta a todo, a fin de crearme una esperanza, de pintarme sueños y de protegerme por si no se cumplen. Sin duda hija te estoy enseñando bien lo que es ser madre, lo que es ser persona humilde y noble y sobre todo lo que es dar amor para ser merecedora de recibirlo, estas caminando aprendiendo a tener amor por la vida, dándole valor a las cosas por su peso en sentimientos,  estás aprendiendo bien que el consumismo y el materialismo son un hábil enemigo y hay que estar alerta para saltar detrás de lo que es nuestro y que solo tú y yo podemos valorar, porque nadie sabrá nunca de lo que estoy hablando si no es madre, si no tiene a su lado todo aquello que tu representas y hace que la vida merezca la pena ser vivida con todas sus montañas rusas.-

La magia existe a pesar de cualquier nube desde que naciste, desde que decidí buscarte, y existe porque tú eres la magia. No puedo cambiar el mundo ni quiero ni podré evitarte todas las caídas, a lo largo de tu recorrido por esta escuela de la vida, deberás necesariamente caerte muchas veces, mi labor aunque duela no es evitarte siempre estas caídas, serán necesarias para aprender y avanzar, pero si te aseguro que siempre estaré para levantarte y que nunca permitiré que la caída acabe con tus ganas de volver a empezar. Mi niña, mi pequeña, la vida no es fácil pero mi labor es que vayas descubriendo el lado áspero cuando te toque, no antes de tiempo, mientras yo pueda, allanaré el camino por donde tú pises, los errores son de cada uno y tú no serás quien cargue con mochilas que no te pertenecen, tienes un camino por recorrer y quiero que sea libre de los viejos patrones de errores que arrastras en tu ADN, quiero que veas, lo bonita que es la vida con la ilusión pura de una niña creciendo como una gran mujercita, fuerte en sus convicciones, firme en su paso, que hagas tu camino propio, y a su debido tiempo enfrentes tus propios retos, mientras tanto, camina tranquila, y yo a tu lado porque tu camino es largo y mi camino eres tú. 

A lo largo de mi vida, y después verás que también en la tuya, irán pasando muchas personas, temporalmente éstas, harán que tu camino se haga más interesante, te ayudarán a  crecer y a aprender, algunas serán como estrellas fugaces y te dejarán el recuerdo de su luz, otras serán como una estación que vendrán a estar contigo sólo para una temporada y acompañarte en  alcanzar objetivos concretos, y todos y cada uno, marcarán tu vida de alguna u otra forma para bien o para mal, sin embargo, habrán personas como lo eres tu hija mía en mi vida, que harán de tu camino algo más que interesante, y les querrás mantener siempre a tu lado porque ellas harán que tu vida tenga como propósito quererles, cuidarles y conservarles, y esas sin duda, nunca te abandonarán a pesar de la distancia geográfica, con ellas siempre habrá un vínculo que nadie podrá romper. 

Hoy, vive tu presente mi niña, con mis abrazos y la  cercanía de aquellos que nos aportan paz, sonrisas y nos inspiran amor y buenas acciones. Abraza también aquellos que están en tu vida, de forma impuesta o voluntaria y parece que no aportan nada, no están en tu vida para abrazarte pero son necesarios, gracias a ellos podrás ver tus fallos y también gracias a ellos  podrás corregir y revisar cuánto puedes mejorar, sin esos seres que parece que no están y no entiendes para qué están no habría crecimiento.  

No dejes nunca de prestar atención a quien sume en tu vida dándote cariño y valorando lo grande que eres, a los que te dedican algo tan valioso como su tiempo, a ellos te une un lazo llamado familia porque les elegimos nosotros y ellos nos eligen estando siempre cerca, así que sé agradecida, hay pocos capaces de llenarte el alma, si encuentras en tu camino seres especiales como éstos, recuerda, ellos deben estar siempre primero, no cometas el error de descuidar los verdaderos afectos por la certeza de que siempre estarán ahí,  nada es eterno, y todo dura si se cultiva y cuida. 

Mi pequeña gran mujercita, aprende a dejar ir a los momentos negativos que parecen ciclos repetidos, no patees la piedra con la que siempre tropieces, déjala y pasa de largo, ella está donde le toca por ser piedra, debes aprender a dejar ir a las personas que no quieren voluntariamente quedarse, aprende a dejar ir desde el corazón aun cuando tu corazón muera, no hay nada que quedarse si nada ha sido realmente tuyo, deja ir a los que no suman, a pesar del dolor y los apegos, sólo así estarás preparada siempre para volver a empezar con el alma limpia, recuerda, la vida te suele traer justo aquello que careces y la figura exacta de tus fallos, si no estás preparada para creer, para dar oportunidades, para amar la vida, y hacerlo desde el alma, encontrarás una y otra vez la misma piedra, ya sabes, no la apartes, busca tú otro camino o ruta por donde pasar, la piedra está donde le toca.

Saberse querido es lo más grande de la vida y yo me siento colmada de bendiciones con tus “te amo mami”¡¡¡, porque me los dices sin esfuerzo y se iluminan tus ojitos de inocencia desbordando ternura al expresarlo.- 

No hay amor más puro que el que un niño profesa a un adulto.

No hay amor más fácil de cultivar que el de un niño, si en ello, le das atención, ternura y respeto y se lo das desde el corazón.

No hay camino difícil de recorrer si para ello te mueve la inspiración, la motivación y el compromiso de un hijo.

No hay agradecimiento más grande a la vida que el de una madre que se siente compensada por la vida que ha venido desde sus entrañas, así me siento yo, hija mía, justo en el camino que más amo, porque estar contigo y verte crecer guiando tus pasos es mi camino, porque tú haces mi camino, tú eres camino. 

Espero siempre estar a la altura de ser una gran madre, espero ser capaz siempre de hacerte sentir una hija especial, porque te lo debo, tú haces todos mis días diferentes  y todos especiales. El día que la vida aprieta y la tristeza habita en mis lágrimas, sólo con mirarte me invitas a jugar contigo y me enseñas que esos momentos son lo único que hace que todo cobre sentido, y brotan nuevas sensaciones de paz y felicidad, describo mi amor por ti como un eterno estado de enamoramiento, gracias por existir en mi vida, gracias por transformar cada segundo de ella, y un día cuando yo falte, que espero sea cuando mis arrugas no me soporten, tú, serás sin duda, quien escriba esta carta para sus hijos. 

Hija querida. Ama, ríe, camina, tropieza, levántate, crece, avanza, mientras yo viva seré siempre tu almohada,  y tu regazo, 

Te ama, tu madre. Nine


Nine - Lazos de Luz 

jueves, 11 de agosto de 2016

Leo y la luna




Leo, era un hombre de esos que a los ojos de los demás en un día cualquiera, despertaba siempre la risa, la amabilidad, la buena conversación, con el don de saber escuchar, aunque, a veces, sólo quisiera permanecer en silencio. Era de esas personas que en un sólo día de soledad podía generar tantas ideas en su cabeza, que en segundos podía cambiar el mundo, y al segundo siguiente destruirlo porque no creía en mundos perfectos ni tampoco en el que transcurría su vida, se sentía con un pie en una época antigua y el otro, en ese presente que le tocaba vivir como un tiempo impuesto por algún capricho del destino, su aquí y ahora parecían ser el tiempo menos agradable para él, vivía como un un sueño constante donde, sólo él podía decidir en dónde y cómo quería vivir, tenía asumido que en su mundo de sueños no entraría nadie, ya que nadie podría entender pudiera ser posible crear un mundo intermedio, donde se pudiera sentir sin tener miedo, donde se pudiera ser él mismo sin tomar precaución de ser herido, manipulado y no valorado. A menudo cada noche en sus anhelos locos por que ese mundo intermedio tuviera un poco de realidad, se sentaba frente a la ventana que daba a su patio y desde allí, con la luz tenue y apaciguadora de la luna, soñaba con que la luna era su gran aliada, su gran amiga, y acompañado de su guitarra y de las melodías que emanaban de su soledad y ganas locas de amar, cantaba largos ratos, y después largos silencios, siempre antes de decidir irse a la cama, le costaba tanto conciliar el sueño, su mente era como un ciclo repetido de imágenes que lo llevaban a ese pasado que le destruía, su mente le regalaba cada noche fotografías perfectas de momentos que él hubiera querido conservar siempre como motivos de risa y sin embargo le taladraban el cerebro, recordandole que, había cometido el mismo error de entregarse sin medida tantas veces como había recibido desprecio sin medida. Le contaba a la luna con un susurro casi secreto, que si era posible le cumpliera un gran deseo.- Le pedía que si existía en algún lugar de otro tiempo o de ese presente, alguien capaz de abrazarlo y apaciguar su alma llena de miedos, se la trajera hasta allí, hasta esa ventana, hasta esa noche, hasta esa guitarra, hasta esa alma suya herida por las magulladuras de los golpes de quienes habían sacado lo mejor de él para dejar sólo vacío y silencio. Sería posible reconstruir algún día?. Durante muchas noches como si fuera un ritual le pedía a la luna, una amiga, alguien que le devolviera la fe en que la vida es algo más que sueños y momentos de dar y no recibir, algunas veces cuando acababa de hablarle le parecía sentir una especie de brisa suave que acariciaba su cabeza, como si una mano lo tocase y una voz le dijese, -Todo irá bien, concilia el sueño.- Y así transcurrían sus noches en compañía de la luna a la cuál lanzaba todas sus flechas con deseos de amor y sueños de grandeza y a la cual contaba todas sus penas, su dolor y su falta de fe en que algún día no habría sólo la luna y brillaría para él, rostro nuevo con cara de sol. Soñaba con alguien que equilibrara la mitad vacía de su corazón. Con el tiempo se hizo experto en sensibilidad femenina, la luna parecía darle poderes de contactar con ese lado oculto que toda mujer guarda tan celosamente, se había convertido en un experto en elegir almas perdidas, mujeres disfrazadas de soles, y cada noche no era diferente a las anteriores, repetía el mismo ritual para contarle a la luna, que pasaban por su vida mujeres que cogían de él lo que podían, sin dejar ninguna ese respiro y sensación de sentirse pleno y acompañado, se convertía en una especie de confesor de almas errantes que sufrían por cosas sin sentido, pues para él todo era más simple, y sin embargo había aprendido de la misma luna a escuchar en silencio. Así pasaba el tiempo. Leo seguía cada noche lanzando flechas de amor a la luna porque era seguro que de ella no había que protegerse. Esperando que en algún momento la luna le trajera una mujer que no durmiera en pasados lejanos ni corriera de prisa al futuro, sólo quería alguien capaz de ir con él a su mundo intermedio, donde él podía ser él, sin frenos y donde ella pudiera abrazarle y hacerle saber que nadie podría quitarle esa sensación de equilibrio.. Necesitaba ese mundo intermedio donde supiese que ya nadie nunca más le destruiría sus sueños. Un mundo donde recuperar las ganas de construir nuevos sueños. Necesitaba que sus noches tuvieran una piel cálida para abrazar, poder apagar su fuego en algo más que un cuerpo, sus noches no eran para dormir sino para crear siempre ese mundo intermedio, era el momento en que se encontraba con él mismo, con sus carencias, con sus anhelos, con su dolor no superado, con su sueño de volver a amar y sentirse correspondido, era siempre la noche y la luna, ya que los días eran para fingir estar perfectamente adaptado en el mundo normal del trabajo y entregar su corazón, su vitalidad, su alegría fingida o real a sus dos grandes soles que equilibraban el poder permanecer en ese presente sin dudas de que todo valía la pena, él era un padre de dos soles perfectamente parecidos a él, y como lo sabía, se esforzaba porque los días fueran de risa, de juegos, de amor, nada haría que sus hijos pasaran a ese mundo donde la risa se tenía que inventar. y así transcurría su vida, a caballo entre la atracción de mundos pasados donde él hubiera encajado mejor, entre el presente que debía pintar de color para sus hijos y ese mundo intermedio soñado en su cabeza donde cada noche en compañía de la luna podía darle un toque de realidad y hacer que cobrara forma, como si estuviera preparando un nuevo hogar, un nuevo mundo, para cuando la luna decidiera cumplir sus sueños.

Un día de tantos donde nada parecía marcar la diferencia entre sus días, a Leo se le ocurrió la idea de dibujar un espejo frente a la pantalla de su ordenador. Imaginaba que era un espejo mágico desde donde podía mirar hacia otros mundos en los que sólo él creía, dónde podía imaginar una vida en donde a él le tocaba sonreir en vez de llorar, donde repasaba miles de caras y rostros que no le decían nada, dónde podía mantener conversaciones tipo monólogo e intentaba encontrar alguien que pudiera entender su forma de vida y aceptar sus vacíos como algo necesario para avanzar en vez de la crítica destructiva que solía encontrar fuera de la realidad de aquel espejo. Durante muchas noches ya no miraba a la luna y la buscaba en ese espejo, como si esperara la manifestación de un rostro que le hablara y le dijera que al otro lado del espejo, su propio espejo, no había sólo fantasía, y que podía existir una realidad diferente donde él quizás encontrara un espacio donde saborear paz, y sentirse seguro, fuera de aquel espejo su día a día era sólo eso, un tiempo que transcurría amenazando pasar por encima sin dejar huella. Leo era un hombre un tanto extraño a ojos del resto del mundo, abierto para escuchar, y tan cerrado para mostrarse a sí mismo. él, era una persona capaz de darlo todo en un segundo y al siguiente darse cuenta de que se había equivocado y aún así seguir dando, por si en algún resquicio de un alma perdida había una luz que encender o un buen sentimiento que salvar, sin embargo, la vida le había tratado tan duro y había sido tan mezquina con él, que sentía que el aislamiento, era el estado más pleno al que podía acceder, se había hecho una coraza de hierro para que nadie más le hiriera, para que nadie más hiciera de él un juguete de usar y tirar. Leo, sabía que algo en él fallaba, porque la vida con sus días eran algo hermoso para ser vivido, y sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos por dar lo mejor de sí, nunca era suficiente para conseguir, sólo un poco de respeto y valor por ese gran hombre, que él era, y así, como una alma cansada y perdida, alejado de la realidad de los sueños que pueden alcanzarse se internaba en ese espejo para soñar con otros mundos donde podía pasar el tiempo sin darle el control de su vida a nadie, a ninguna realidad del presente, así se sentía seguro, así sólo él, gobernada su vida, y sin embargo, el vacío crecía, y algunas noches, ese espejo parecía disfrutar de verle llorar, como si tuviera vida, era la voz de su propio lamento que reía porque estaba enterrando su lado más hermoso, y la soledad impuesta por su propio corazón herido se hacía dueña de sus ganas de reír, su falta de autoestima se hacía dueña de su sentimiento inútil de sentirse pequeño. En algún tiempo no distante y en el llanto de los fracasos había dejado su capacidad de lucha, le había regalado sus sueños al miedo, su fuerza se la había quedado una mujer que no merecía ni un sólo minuto de lágrimas, como si hubiera que premiarla por todas las cicatrices que le había dejado en su corazón, en su piel y en su razón. Había decidido convertirse en el peldaño más alto de una escalera donde los peldaños anteriores para llegar arriba estaban llenos de mentira, falsedad, hipocresía, y muchos colores aparentemente hermosos que no servían de nada, porque ninguno tenía, el tono que su corazón necesitaba para volver a brillar. Le preguntaba al espejo porqué, Porqué, cuando había amado desde el alma, e incluso, renunciado a su propio yo, por su amada, no había podido construir esa familia que tanto había anhelado, no comprendía entonces que no era él quién tenía que luchar, pues todo lo había dado hasta quedarse vacío. Leo nunca tuvo la oportunidad de sentirse un hombre pleno. Le habían hecho sentir un buen amante en la cama, o un buen compañero de complicidades, o un buen chico de la limpieza, un buen jardinero, un buen chofer y hasta una maravillosa visa para para adornar con regalos las fechas importantes, pero nunca, le habían hecho sentir aquello que él representaba; un alma capaz de amar con el alma, una persona capaz de ofrecer lo mejor de sí sólo por un poco de ternura y cariño, un amigo capaz de guardar el peor de los secretos solo por el valor de serlo, un hombre capaz de sentir pasión y fuego ,desde el sentimiento más puro, hasta el deseo más primitivo del cuerpo. Hubiera sido tan fácil que alguien viera al menos, parte de lo que él era, y sin embargo, siempre fue sólo uno más, un número, un comodín, y aún así, allí estaba la grandeza de cada uno de sus errores y aciertos, cada lágrima derramada le había dejado ese legado que le permitía respirar frente a ese espejo y querer seguir vivo.. Sus dos tesoros, lo más grande de sí mismo. su pequeña luna y su pequeño sol, hacían que él y lo que quedaba de los golpes de la vida, un hombre cerrado, algo raro y precavido, pero un padre dispuesto a dar la vida por sus dos grandes amores, ellos representaban la única forma de amor de la cual no había que protegerse, transcurrían sus días frente al espejo mirando esa realidad que existía sólo en sus ideales y desde él creía, que podía venir alguien como él, y alumbrar su lado, el  lado de sus días normales donde las nubes grises adornaban el paisaje que no tenía muchas ganas de pintar de color.

Y fué después de meses de mirar su espejo que un día apareció el reflejo de su lado femenino convertido en mujer, era el rostro amable de una cara sonriente que venía del otro lado del espejo, venía de ese mundo intermedio al que pertenecían sus ideas más raras y le dijo. -

 

Entre éste, tu mundo y el mío, existe un mundo paralelo donde tú y yo somos uno, si miras detenidamente a este espejo te enseñaré lo que yo soy, te enseñaré por tanto lo que tú eres, y empezaré hablándote de mí.- Si me escuchas te conocerás un poco más, si me preguntas, las respuestas saldrán de tu interior, si tienes alguna duda procuraré buscar la claridad en tu cabeza confusa, desde este lado, tú y yo no somos distintos, vengo de un tiempo donde sé lo que vales, lo que eres y lo que representas, y tú no me sientes lejana porque soy parte de ti. No hay diferentes mundos, sólo diferentes versiones de nosotros mismos. Te ayudaré a encontrar la mejor versión de ti, y tú con un abrazo, sólo con un abrazo tuyo, me devolverás un poquito la fe, en que fuera de mi mundo nada ha cambiado, sólo el tiempo, sólo las ideas, sólo la forma de vivirlo.- Estoy aquí para quedarme, dentro de este espejo hasta que decidas salir de él y me lleves contigo o me dejes desde este lado.- Tú vida es tuya y sólo tú decides, quién quieres ser, y hacia donde quieres ir, sólo ponme en un lugar seguro.-

Leo no podía creer que hablase con el espejo y que allí hubiera una mujer capaz de leer sus ojos, de entender sus temores, de escuchar sin oirlo, y de sentirlo sin tocarle, era como hablar con un ser extraño disfrazado de mujer, que al cabo de unos días ya no era extraño, sino tan familiar y tan suyo que no podía entender el tipo de conexión que le unía a esa mujer, a esa alma, a esa esencia de persona que no existía más que dentro de ese espejo, era algo parecido a una voz interior que le decía que el equilibrio perdido en una mujer sólo podría recuperarlo donde lo había perdido, en una mujer. En ella parecía encontrar algo perdido y no se daba cuenta, Qué, era, lo que tan dulcemente tiraba de él, cada vez que la oía. Pasó noches y noches hablando con ella a través del espejo, la escuchaba y era como si hablara de él mismo, ella contaba experiencias tan similares a las suyas y hasta las risas sonaban como una doble melodía al mismo compás. Faltaba ponerle un nombre a esa chica de los ojos misteriosos y que emitía un tipo de energía especial que le hacía sentirse como en familia, como en casa, pero no era real, era sólo una imagen creada en su espejo. Así quería verlo y entenderlo él. Sin embargo ella influenció en el transcurso de los días siguientes y una tarde, casi al hacerse la noche, como otra tarde cualquiera, mientras él se disponía a despedir el final de un día como tantos otros, alguien llamó a la puerta de su casa. él salió amablemente a abrir porque no esperaba la visita de nadie, y allí para su sorpresa estaba ella, la chica del espejo, era de carne y de hueso¡¡¡, era algo más que una fantasía,, y ¿ Cómo era posible que estuviera allí frente a su puerta?., cómo es que había llegado hasta allí sin avisar y cómo es que su corazón latía tan fuerte al verla y su respiración disminuía como si una brisa suave acariciara su alma con un baño de paz?. Se lo había pedido tantas veces a la luna, y en ese momento no era capaz de comprender que lo que pides desde el corazón siempre llega, para bien o para mal. De pronto estaban allí, sentados hablando, como si lo hubiesen hecho siempre o recuperando el tiempo perdido de dos personas que hacía tiempo no se veían, nada resultaba tan extraño ni nada tan fuera de lugar, sólo la mente divagaba en busca de respuestas pero las emociones del reencuentro de un ser perdido era lo más cercano a la descripción de lo que allí ocurría, como la sensación de tener una oportunidad de hacer las cosas correctamente, era una burla del destino?, era una sorpresa para despertar a un nuevo amanecer?, era una repetición de un bucle espacio-tiempo temporal?, estaba soñando y despertaría riendo de la locura de ese sueño?.. No, era real, ella estaba allí, sin duda había que vivir una experiencia, como lección o bendición?.. No hubo mucho tiempo para preguntas absurdas, sin darse cuenta se encontraron abrazados con la calidez de alguien que recuperaba un abrazo con alguien que les devolvía la paz de sentirse protegidos, para Leo, la cercanía de la piel de ella, le despertaba lo más profundo de sus ganas reprimidas y deseos de hacerla suya que durante un largo tiempo había ahogado porque no quería sentirse atraído por nadie, sin embargo aquel olor, ese tacto suave de ella anulaba cualquier duda que quisiera interrumpir su deseo de acariciarla, de sentirla, para él sus hombros eran como un cuadro que reflejaba la perfecta silueta de lo que debía ser una mujer que transmitía pasión, deseo, y a la vez una paz tan grande que no sabía si hacerle el amor o simplemente dormir junto a ella, él pensaba con timidez que estaría siendo demasiado atrevido al dejar ver la revolución hormonal que ella despertaba en todo su cuerpo, y ella pensaba que no era posible después de tanto tiempo de dormir entre mundos, volver a estar entre sus brazos, sentía que el deseo la inundaba de ganas de caricias, y sus manos sobre su piel, quemaban tanto, como abrazaban y protegían, no había reparado, cómo era él físicamente, ni cómo eran sus ojos que tanto había deseado mirar de frente, una caricia suya bastaba para saber que él no era ajeno y decidió bajar las barreras para sentir y dejar que él la reconociera, para ella era fácil entrar en su mundo, recordaba perfectamente que en otro tiempo, en otro mundo su piel  y la suya habían sido muchas noches una sola, para él era una sensación familiar pero nueva y solo sabía que no podía ni quería parar de sostenerla en sus brazos, y con un beso largo de fuego se hicieron uno. Nada era más perfecto que esa noche, ese momento, que no habían mentalmente buscado pero que sus cuerpos habían anhelado y sus emociones habían dirigido. Quedaba la sensación de haber llegado al hogar, y ella le susurró al oído.- Espero que esta vez no vuelvas a abandonarme, en este lado del tiempo, en éste tu mundo tienes muchas opciones, yo no soy una opción, pero no vuelvas a abandonarme, mi alma te reclama y siempre estaré contigo, todo lo demás es efímero y cambia.- él, la miró y sin mediar palabra se quedó en un silencio rotundo como si buscase algo que le dijera que era una realidad de éste, su mundo, y finalmente dijo; ésta vez no te dejaré sola, no sé hacia dónde voy ni de dónde vengo, pero eres esa esperanza de luz que me devuelve la fe...

Los días siguientes se sucedieron sin promesas, sin planes, sin compromisos, sin normas, sin obligaciones, pero una cosa no cambiaba, seguían unidos, a pesar de que ya no había la magia de esa primera noche, la mezcla de los mundos de cada uno y el ahora, hacían que ambos por miedo a perderse o a fallarse se mantuvieran cada uno en su vida, pero luchando por ser mejores cada uno en su propio mundo, quizás no para conquistar al otro, quizás no para llegar al otro, ambos sabían que se pertenecían de antes y siempre permanecerían unidos, pero la realidad es que si habían sido uno solo en otro tiempo y en otra vida, y aquello se había perdido, ahora debían proteger no repetir los mismos errores, y eligieron quedarse juntos de la única manera en que ambos no se perderían jamás, respetándose como seres individuales, y cogidos de la mano para ir hacia adelante, hacia donde, desde este lado del espejo les correspondiera avanzar a cada uno. Leo tenía claro que quería seguir solo, porque ella le había devuelto las alas para retomar el vuelo de ir hacia el sueño de recuperarse a si mismo, era un hombre valioso en todas las formas y merecía ser feliz. La necesitaba cerca para llegar al final del recorrido, pero nada haría que pudiera herirla porque esta vez no la abandonaría, esa alma noble de mujer merecía lo mejor de este lado del espejo  y él no era lo mejor sino una versión de lo que alguna vez había sido. Ella entendió que si en otro lado del espejo, a pesar del amarlo,  lo había perdido como hombre y compañero de toda una vida, desde este lado del espejo renunciaría a lo que fuera porque conservar lo único que realmente valía, un espacio en su alma. y fue apagando su llama para convertirse otra vez en la mujer al otro lado del espejo, para que cuando él la buscara para mirarse en ella, encontrara allí la imagen de un hombre más fuerte, más grande, más lleno de esa gran luz que no brillaba, porque él había permitido, que otras mujeres la hubieran apagado. Ella decidió ser ese empuje que lo impulsara a ir hacia arriba, porque no había muestra de amor más grande que ayudar a que la persona que amas llegue hasta donde le toque.. Se convirtieron en dos confidentes, algo asi como una especie de consciencia crítica y aduladora del uno del otro, desde ese modo, ambos comprendieron unas cuantas cosas, quizás esta vez el recorrido juntos sería diferente y debían cada uno encontrar un nuevo recorrido, pero las lecciones de haberse visto, encontrado y sentido en cuerpo y alma eran para ambos las mismas.


Dedico esta historia al ser maravilloso que la ha inspirado.. Un gran amigo, una gran persona y padre ejemplar.



Nine - Lazos de Luz