miércoles, 16 de octubre de 2019

El dolor, nuestro mejor Maestro




Sólo el dolor es, sin duda, nuestro mejor maestro.

A veces, los maestros son personas que han pasado un tiempo en nuestras vidas, lugares que han resultado ser muy particulares, caminos que hemos tomado equivocadamente pensando que eran los correctos, como también el mismo dolor en sí, nos enseña a través de una pérdida, de la rabia, la envidia, el abuso, la traición, el duelo, la muerte, que esa experiencia que no queremos vivir ni sentir y que nos rompe por dentro en un determinado momento o tiempo, será la que nos deje grandes e intensas lecciones de vida,

Sólo el dolor nos hace valorar lo que tenemos, nos hace apreciar la vida, nos enseña a decir que sí o que no de manera oportuna, nos lleva a alejarnos de lo que nos hace daño, a querernos y valorarnos a nosotros mismos, a dar la cara y luchar por quienes amamos y a cambiar nuestra perspectiva de vida, sabiendo que es más probable que lo que espero de otros llegue antes si viene primero de mí.

El dolor como maestro nos marcará un antes y un después y si no le dejamos al ego apoderarse de la situación que nos duele o hiere, seguramente el después, será una nueva versión de nosotros mismos, más fortalecidos, seguramente con muchas heridas que cuidar y sanar pero con una visión más madura y diferente de las cosas, así que si aprendemos a utilizar el dolor experimentado como parte integral de la vida y no lo utilizamos de excusa para admitir que tenemos miedos y no le culpamos de estar entre nuestro yo y volver a correr riesgos, seguramente acabaremos agradeciendo cada experiencia de dolor vivida a lo largo de nuestro recorrido, ya que todos en algún momento de nuestra vida pasaremos por un grado de dolor que nos  hará quebrarnos o vernos rotos, no podremos dejar de sentir al dolor como nuestro gran maestro, por tanto seamos buenos alumnos! Y aprendamos que; lo más importante no es lo que o quién nos rompió, ni siquiera si fuimos culpables o no de permitir eso, la lección ya fue impartida!, lo importante es ser capaces de saber cómo nos repondremos, incluso cuando pensemos que ya no nos quedan fuerzas para superar ya nada más, siempre volverá a amanecer para todos, así que abracemos a este gran maestro, y después de depurarlo con unas cuantas lágrimas, dejémosle la puerta abierta porque nuestra lección ya ha terminado. 
Así que si alguien te causó dolor no lo mires con rabia o con desprecio, siéntete agradecido por lo ocurrido, porque esa experiencia te ha hecho más grande, más fuerte, y has aprendido gracias a ello a distinguir qué y quién vale la pena y qué y quien no… Una decepción nos rompe todo pero a veces puede, ser un favor! ya que nos muestra el camino de salida de una situación de la que no nos convenía estar, aunque otras veces, también nos enseña el camino de vuelta a casa. Dejemos que el universo nos eche una mano y nos traiga el regalo que nuestra alma necesita, quizás el envoltorio sea áspero, o hasta venga sin envolver para que te equivoques al elegir tus regalos de aprendizaje pero debes ser agradecido, porque lo que ayer dolió hoy es saber que es un patrón antiguo que disolver, lo que hoy duele, con el paso del tiempo sólo será una experiencia más, gracias a la cuál siempre llegarás a algo mejor, que te estaba esperando.  

Quién decide en quien te conviertes?, el pasado?, tus experiencias negativas?, noooo, sólo tú, usando tu dolor para ser mejor persona, aprender y crecer, nada ni nadie, jamás, debe llevarte a convertirte en aquello que no forme parte de tu esencia. Eres luz, nada puede apagar esa chispa divina en ti.

A las personas que vinieron a mi vida a bajar todas mis barreras para luego romper mis ilusiones, gracias, sin ellos no hubiera aprendido a confiar en mi misma ni quererme más.

A las situaciones que un día me ahogaron, hoy les digo gracias, sin ellas hoy no sería capaz de encontrar el oxígeno en cada pequeña cosa que respiro.

A los lugares que me hicieron sentir princesa y que sé ya nunca volveré a recorrer en esa condición muchas gracias, me enseñaron que aún en la  vida real se puede vivir sin tanto cuento.

A la pérdida de todo aquello que alguna vez sentí mío y no lo fue porque nadie pertenece a nadie, gracias, aprendí que las personas somos únicos e individuales y que desde la libertad se puede amar con más alas y que no hace falta pedir permiso para volar.

A la sensación de haber amado y no ser correspondida, gracias, ahora sé que a quién más debo amar es a mí misma y desde ese lugar privilegiado compartir mi trono con alguien, pues quién podría decir que no a una reina?.jajajja

Gracias a cada situación, lugar, cosa, vivencia y persona que me ha convertido en alguien más fuerte, y hacer de mí una guerrera sin espada, porque en las batallas más fuertes, nuestra mejor arma, es el perdón, te dejo ir, porque quiero y soy merecedora  de dar y recibir el amor sin intereses, todo lo demás sólo es un, Maestrro.

Lazos de Luz 16/10/2019