domingo, 13 de diciembre de 2015

La ventana de mi sueño

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Hoy he vuelto a soñar con ventanas. Esa gran ventana blanca otra vez en mis sueños, como si fuese la continuación de mi sueño anterior, que se repite, sin embargo, ésta vez al verla fue diferente, algo me atraía y me llevaba a querer abrirla y mirar su paisaje y la abrí. Era día de sol y se dejaban ver detalles que la niebla en el sueño anterior no me había permitido ver, había más colores otoñales y las curvas de las montañas estaban más perfiladas, estaba también como siempre, esa voz varonil de fondo, la misma que me acompañaba antes en mis secuencias de sueños anteriores y una vez más abrió para mí esa ventana mostrándome una tierra arada que me invitaba a conectar con mi niñez, esa tierra que ese hombre tenía como parte del paisaje que el veía cada día. Nos habíamos quedado juntos mirando el horizonte cuándo sentí que de golpe, algo tiraba de mí hacia atrás, como si quisiera mostrarme algo que me estaba perdiendo, algo que era necesario que yo pudiera ver y sentir, ahí estaba esa voz interior que me recordaba que algo no iba del todo bien en mi sueño y que estaba a punto de despertar, así que decidí ser yo quien gobernara ese lado onírico y me dirigí otra vez hacia esa ventana blanca, y otra vez estaba allí el mismo hombre con su voz dulce ofreciéndome un abrazo cálido, pero la perspectiva ya no era la misma, la cara externa de la ventana con su paisaje eran hermosos, pero la cara interna de la misma guardaba otras tantas cosas que era necesario observar también. Así que decidí seguir cogida a su mano y giré mi sueño al revés, para mirar hacia adentro.

Mi cerebro archivó rápidamente imágenes de aquella casa, todo seguía siendo blanco, por donde mirara predominaba el blanco absoluto con alguna que otra mezcla de color y matices que ponían los pocos objetos decorativos que había. Comprendí que allí vivía ese hombre de los abrazos cálidos de mi sueño. Su lugar de reposo era cómodo, tanto que te podías tumbar en la alfombra o en el sofá y seguir soñando sin temor a perder detalle. Allí vivía él, que esta vez por fin se mostraba claro ante mis ojos, haciendo no quisiera ni moverme para no algo no me despertara y perderme de lo que estaba por suceder. 

Él era alto, fuerte, con una mirada profunda que te invitaba a querer entrar en sus ojos  reflejo de los sentimientos nobles y alma de buena persona, con tanta luz que iluminaba el salón y mi sueño. De pronto estaba mirando curiosa en sus ojos, sin temor de lo que podía encontrarme, y mis oídos dispuestos a escuchar. Había tanto, tanto que poder recibir de ese momento, que no quería despertar. Un alma pura de una persona inteligente que camina por la vida con pasos a veces tan rápido que se estampa, y otras veces tan lento, que llega a estancarse. Había dentro de sí una sensación de desespero ocasionado por un golpe emocional que alguna vez le había quitado el aire, y perduraba la sensación de angustia ante una pérdida no superada, su falta de fe, y una gran falta de paz se habían apoderado de su niño interior, un niño con las emociones sucias, cargadas de lágrimas contenidas, de preguntas sin respuesta, de momentos de soledad absurda e incomprensible, de rabia e impotencia por aquellas luchas que deberían haber sido batallas ganadas y sin embargo de ello, él sentía sólo el paso de  un tiempo perdido, un dar sin recibir, una siembra sin cosecha. Aquel hombre divagaba entre dos mundos donde luchaban el caos y el orden como si nunca fueran a ser parte de una misma cosa. No pude resistirme a besar su frente, y acariciar su cabeza, no pude resistirme a darle un abrazo que valiera para acunar a los dos niños perdidos que había ante mis ojos dormidos, él era un espejo donde podía verme yo también mientras miraba sus heridas mal cicatrizadas, no haberle abrazado y no haberme acercado habría sido  como intentar curar una herida infectada sin antes limpiarla. Así que le abracé tan fuerte que se rompieran hasta mis miedos, y mientras su corazón latía junto al mío vi en la pared un cuadro con unas luminosas palabras doradas donde se leía: “Dos mundos paralelos se mueven en ondas vibracionales distintas pero en ellos se repite la misma historia, si no reconoces el uno en el otro corres el riesgo de quedarte atrapado entre los mismos.”.- Ese día él estaba abatido y aún así se esforzaba por mostrarme que queríamos podíamos empezar a pintar juntos un nuevo comienzo. 

Nos quedamos charlando tumbados en la alfombra del salón como si hubiese sido sobre hierba fresca, y aunque quería no llorar por las espinas de las rosas de su historia, me hacía la fuerte, en cierta manera ver caer sus lágrimas liberadoras también me permitían a mí liberarme. Allí detrás de todas aquellas capas que le hacían parecer un hombre duro y algo oscuro, había luz, pureza, bondad, sinceridad,  respeto, valor, trabajo, esfuerzo, y la responsabilidad de un hombre que le estaba resultando más fácil construir muros por miedos, que creer que era posible encontrarse a sí mismo y desconectar de todo aquello que lo seguía rompiendo, sin embargo allí estaba yo mirando como estaban a punto de derrumbarse ante mi abrazo, conmigo no le hacía falta la espada de guerra, pero podía percibir su respeto a dejarme entrar en su alma, no se daba cuenta que yo ya estaba dentro, casi sin permiso, porque sabía de mis heridas, y él y yo, allí en aquel sueño parecíamos uno solo. Allí juntos en medio del blanco ambos nos sentíamos libres y olvidados de las presiones, escuchando música, abrazados mientras nos acogía el sueño, sin importar que éramos hombre y mujer, en mi sueño éramos algo más que un cuerpo, era como sentir una caricia sin tocarse. Yo creía que se había establecido un vínculo tan especial que decidí confiarle el gran secreto, aquello no era real, él y yo estábamos teniendo un encuentro de almas durante el tiempo en que yo dormía, le tuve que revelar que al despertar quizás no recordáramos nada y que por tanto qué le parecía quedar conmigo cada noche para tener nuestro propio lugar donde pudiéramos modificar nuestras vidas y pintar futuros probables a nuestro antojo, yo estaba emocionada pensando que él diría siiiii!, pero no fue así. 

Les cuento que él se sentía sorprendido de saber que todo era un sueño, pero no estaba preparado para formar parte de un sueño que no era suyo me dijo, -A veces pienso que soñar como tú es precioso pero he soñado ya muchas veces y ellas, mis anteriores compañeras de viaje se quedaron con mis ganas de volver a intentarlo, ahora estoy vacío, agotado, sediento de paz y libertad, no podría perdonarme si fuera el causante de una de tus lágrimas- ... y siguió contando más razones que ya no quiero contar, recuerdo que yo le escuchaba y pensaba, Acaso crees que podrías proporcionarme ahora mismo algo más bonito que esto?. Pero no quise interrumpirlo. Él había decidido que tras de algunos fracasos y media vida cayéndose y levantándose yo había llegado tarde a su vida, pues las otras se habían llevado sus fuerzas y valor de lucha, y yo no era lo suficientemente especial para hacer resurgir a su lado guerrero. Sin embargo nada más lejos de la verdad, me sentí más especial que nunca y aunque mi cabeza no había trazado planos y parecía que volvía otra vez al comienzo, Que era lo que no me podía ofrecer si en tan sólo unas horas me lo había ofrecido todo?.. ah, ya sé, cavilé; una relación de pareja con un título predeterminado, un tiempo exclusivo para mí, un corazón libre de malos recuerdos ni  secuelas ni cicatrices, y ¿ Quién narices quiere un título que no dice nada si lo que hace a una pareja son momentos juntos como este y no el nombre de como se le llame?.¿Quién narices quiere sexo y sólo sexo si para ello abundan las oportunidades aun estando despierta?. ¿Quién quiere un corazón que no haya experimentado el dolor  y  por tanto no sepa valorar los momentos bellos que son los más simples y no tenga cicatrices que le recuerden quién es y de dónde viene?. Por un momento sentí que debía salir corriendo de ese sueño pero me ataba su abrazo, su voz, su mirada, y me quedé dormida sobre ese mismo sueño, allí rodeada de todo ese blanco de su hogar, sin saber, porqué extraña razón, me envolvía aquella sensación de paz, de estar arropada, de estar protegida, de estar en familia, pero de repente mi sueño se transportó a la ventana de inicio, ambos estábamos otra vez mirando otra vez hacia fuera. Era otra vez la misma escena de siempre, el mismo sueño, la misma ventana. Caía la tarde y fuera, había unas fogatas, me imaginé estar allí alrededor de esas hogueras acompañada de alguien como si fuera otro tiempo, pero de pronto un sonido de un piano me hiso mirar otra vez hacia el interior y me desperté...

Te espero mi compañero de sueños por si un día decides que quieres formar parte de un sueño en el que cuando despertemos sigamos abrazados sin miedos. Mientras tanto despierta, te digo DESPIERTA! que desde este mundo donde no duermo, el alma está preparada para avanzar y el corazón cicatriza acostumbrado a lamerse las heridas, desde donde el miedo no tiene poder, te ofrezco mi mano amiga, de las que no fallan y procuran estar a la altura de un verdadero “te quiero”. cada uno tenemos un largo camino por recorrer y en ese camino decidimos libremente a quiénes queremos o no como compañeros de viaje. Coge mi mano cada vez que la necesites en algún tramo de tu camino, pero no cuentes conmigo durante todo el viaje porque yo viajo con dirección hacia adelante y tú aún tienes que volver a buscarte y encontrarte. Gracias por una tarde de sueños, con su noche y su amanecer, ya quiero volver a dormirme para ver si hay más ventanas y qué me estará permitido ver a través de ellas

Nine - Lazos de Luz 💜




domingo, 11 de octubre de 2015

Sorpresas de la vida





La vida te sorprende con una de cal y una de arena, con esas verdades que de golpe, te dejan helado el corazón, te arrastra hasta ese momento justo en que caes, porque te has quitado la venda, y ves, ves¡¡¡¡. Puedes ver todo lo que hasta ese momento te negabas a aceptar, no hay más remedio que asimilar que algo dentro de ti se muere, te toca vivir el luto de una pérdida, y crees que esa tristeza nunca pasará, sin embargo cuando todo parece apagado e inerte, aparece de la nada un salvavidas, una mano que se extiende con un gesto de amor, de amistad, de cariño y te dice; -Aquí estoy. -Puedes contar conmigo. Y entonces tomas consciencia de que la vida con su rueda en constante movimiento gira rápido, y que no puedes evitar que el giro suceda, y sin darte cuenta vuelve otra vez la calma y el instante en que algo muy dentro de ti te dice que todo irá bien, aunque parezca lo contrario, que así como todo se dio para llevarte a caer profundo todo se dará para ayudar a levantar. Así que coges esa mano ofrecida con agradecimiento, como si fuera tu único punto de dirección hacia la luz que aún no logras ver, será que la vida te está poniendo un puente para cruzar hacia donde está un nuevo comienzo?. En fin, sin pensar más coges ese salvavidas, y cruzas hacia la otra orilla, no sabes qué te espera exactamente, pero qué puedes perder por intentarlo?. 
Estás al otro lado, y lejos de pensar cuánto te costó salir de aquel dolor que te rompió y preguntarte cuántas veces tendrás que sobrevivir a lo mismo, te serenas y  das las gracias. Tu cara vuelve a iluminarse con una sonrisa. Ya estás empezando otra vez.

Das gracias a los golpes que has tenido porque sin ellos no aprenderías que la duración de todo no está garantizada pero que debes hacer todo para que dure y también para dejar lo que no te permita estar en armonía contigo mismo y el entorno. 

Las manos extendidas llegan siempre en el momento perfecto, para hacer que veas los momentos difíciles necesarios, a fin de poder valorar después de cada golpe, el crecimiento que nos aporta haber superado algo de lo cual creíamos que nunca podríamos salir, y ser agradecidos por lo que tenemos y no somos capaces de valor hasta que lo perdemos. 

No importa cuán planeado y claro tengamos el cómo se sucederá nuestra existencia, la vida es cambio y siempre, nos traerá sorpresas

Nine - Lazos de Luz 💜